martes, 2 de octubre de 2012

LA CALIDAD DE LA ENSEÑANZA


Todos queremos para nuestros hijos el mejor colegio posible. La calidad de la enseñanza que se imparte en un colegio depende de dos cosas: de la profesionalidad de los maestros y del interés de los alumnos. Y en este aspecto es en el que los padres jugamos un papel fundamental. Nosotros, contribuyendo a que nuestros hijos vayan bien en el cole, ayudamos a que la calidad del colegio aumente, de lo que, a su vez, se
benefician nuestros hijos. Es un círculo en el que a todos nos interesa intervenir.
Y, ¿cómo podemos contribuir, como padres, a que mejore la calidad del colegio?.
Pues no hay más que recordar las cosas que nos dicen los tutores en las reuniones de principio de curso, y que caen rápidamente en el olvido según avanza el curso:

• Acude a las reuniones de grupo que se convoquen.

• No esperes a tener problemas para acudir al cole. Mantente en contacto con el tutor, utilizando para ello las horas de visita. Si te es imposible, mantente en contacto telefónico, o por medio de la AGENDA.
• Participa, en la medida de lo posible, en todas las fiestas y actividades abiertas a padres. Que tu hijo note que te interesas por su educación.

• Apoya la labor del profesor. Muestra confianza en él y no le desacredites delante de tu hijo. En esta vida hay pocas verdades absolutas: si surge alguna diferencia de criterio respecto a la educación de tu hijo, seguramente se puede resolver hablando. Si tu hijo tiene plena confianza en lo que su profe le enseña, tendrá una mejor predisposición a aprender.

• Interésate por lo que está haciendo tu hijo en el cole. Ten a la vista su horario para poderle preguntar. Procura saber lo que está estudiando en cada asignatura y habla con él de esos temas. La experiencia de los adultos es un buen complemento de los libros de texto. Y no te avergüences de aprender tú también de él. Tarde o temprano le enseñarán cosas que nosotros no vimos (por ejemplo, nosotros no tuvimos informática), y a él le gustará “ser más listo” que Papá o Mamá. Que perciba que lo que hace en el cole es importante Si no tenéis costumbre de charlar y al principio tu hijo es reticente a contarte cosas, empieza por contarle tú a él lo que te ha pasado a lo largo del día o lo que hacías en el cole cuando eras pequeño; ¡verás cómo le gusta!.

• Cuando tu hijo lleve deberes a casa, debes darle importancia, ayúdale a hacerlos (¡pero no se los hagas tú!); trasmitidle la idea de que es algo que no se puede dejar. Le enseñarás a ser más responsable en sus estudios en el futuro, a llevar las lecciones al día, etc.

• También le enseñas a ser responsable, no sólo en sus estudios de mayor, sino también en el hogar y en el trabajo, si te encargas de que lleve cada día al cole todo lo que necesite: los libros, ropa y zapatillas de deporte los días de Educación Física, el material de dibujo el día de Plástica, los instrumentos musicales el día que le toque...

• Seguramente no pase nada porque falte al colegio un día o alguna tarde, pero si él ve que le dejas faltar al cole por cualquier motivo, el mensaje que recibe es que ir al cole no es importante. Cuando vaya al Instituto, si recibes llamadas de sus tutores para decirte que hace “pellas”, debes saber que tú, con tu actitud desde pequeño, le has enseñado a hacerlo.

• Lo mismo ocurre con la puntualidad. Llegar tarde es una falta de respeto hacia sus compañeros y hacia el profesor, que tienen que empezar todos tarde, o interrumpir lo que ya están haciendo. Igual que antes, le estás enseñando a ser impuntual en su vida privada y en su trabajo en el futuro. Si tenéis problemas con las rutinas de cada mañana, adelanta la hora de acostarles y de levantarles hasta que tengáis tiempo de hacerlo todo sin prisas, incluyendo un buen desayuno, fundamental para su rendimiento intelectual a lo largo de la mañana.

• Valora la diversidad de alumnado que tiene nuestro colegio. De ello nuestros hijos aprenden mucho, ya que no sólo se va al colegio a aprender matemáticas, sino también a aprender a convivir y a valorar lo que tenemos.

• Cuando lleguen las notas, valora sus progresos y su trabajo, estimúlale a seguir haciéndolo.

• Si todavía no lo hacéis, estableced el hábito de comer o cenar en familia; que cada uno (hijos y padres) pueda compartir lo que ha hecho durante el día. Ayudarás a tu hijo a resolver pequeños y grandes problemas, y a crecer cómo persona. Si vuestras obligaciones laborales os lo impiden, hacedlo al menos los fines de semana. Dicen los expertos que las familias que comen juntas son más felices.

• No tires este artículo y reléelo de vez en cuando.

Así que, recuerda: la calidad del colegio de nuestros hijos depende de nuestra calidad como
padres.

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